lunes, 25 de mayo de 2020

Sri Aurobindo




"La vida no es un más allá remoto y silencioso ni extático y altamente elevado. La Vida sola es el campo de nuestro Yoga. La transformación de nuestro superficial, estrecho y fragmentario modo humano de pensar, ver, sentir y ser en una consciencia espiritual profunda y amplia, y una existencia integrada interior y exterior, y de nuestra vida llamada ordinaria en el modo divino de vida debe ser su propósito central. El medio hacia este fin supremo es una autoentrega de toda nuestra naturaleza a la Divinidad.
(...)
Este crecimiento del ser consciente expansión, autoexpresión creciente y desarrollo cada vez más armonizado de sus miembros componentes es el significado total y todo el meollo de la existencia humana. Es para este significativo desarrollo de la consciencia mediante pensamiento, voluntad, emoción, deseo, acción y experiencia (que llevan al fin a un supremo autodescubrimiento divino), que el Hombre, el ser mental, entró en el cuerpo material.
(...)
El objetivo que se plantea a nuestro Yoga es nada menos que apresurar aquí este objeto supremo de nuestra existencia. Su proceso deja atrás el ordinario y tardío método del crecimiento lento y confuso a través de la evolución de la Naturaleza. Pues la evolución natural es, a lo más, incierto crecimiento encubierto, en parte, por presión del medio; en parte por una educación a tientas y un propósito deliberado y mal iluminado; y un uso parcialmente iluminado y semiautomático de oportunidades con muchos errores, deslices y recaídas; gran parte de eso se compone de accidentes, circunstancias y vicisitudes aparentes. Aunque velan una intervención y guía secretas y divinas.(...)

En el Yoga reemplazamos este movimiento confuso, retorcido y de cangrejo con una evolución rápida, consciente y auto-dirigida."

(Sri Aurobindo. La síntesis del Yoga)

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