Sofonisba Anguissola (Cremona, 1532-Nápoles, 1625), muy querida en su tiempo (la admiraron Miguel Ángel y Van Dyck, la apreció Giorgio Vasari ( escribió que sus pinturas realistas parecían estar vivas), su obra formó parte de las más calificadas colecciones -como la del romano Fulvio Orsini que pasaría a los Farnese-, y que a su muerte pasó al olvido. Sus obras se adjudicaron a Zurbarán, Moro, Tiziano, Sánchez Coello, Bronzino, Moroni, Greco, según Herbert Cook incluso a Van Dyck y posiblemente a Leonardo.
