miércoles, 19 de enero de 2022

Chimamanda Ngozi Adichie

 

Nkem está mirando los ojos saltones y sesgados de la máscara de Benín (…) Nkem imagina a los habitantes de Benín tallando las máscaras originales hace cuatrocientos años (…) las utilizaban en las ceremonias reales, las colocaban a ambos lados de su rey para protegerlo y ahuyentar el mal. Solo podían ser guardianes de la máscara individuos, escogidos a propósito, los mismos que se ocupaban de procurar las cabezas humanas frescas que se utilizaban en el entierro de su rey. Nkem se imagina a los orgullosos jóvenes, con sus miembros musculosos y bronceados brillantes de aceite de almendra de palma, y sus elegantes taparrabos anudados a la cintura. Se imagina a los orgullosos jóvenes deseando no tener que decapitar a desconocidos para enterrar a su rey, deseando utilizar las máscaras para protegerse a sí mismos también, deseando tener algo que decir.”

(Chimamanda Ngozi Adichie)


También los personajes masculinos se rebelan (…) Poco a poco se van sacudiendo el peso de esa tradición que los obliga a cargar con el lastre que podría no ser.”

(Paula Bonet)

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