sábado, 17 de octubre de 2020

Autorretrato



A los treinta y siete años de edad, con la salud perfecta, empiezo,

Y espero no cesar hasta la muerte. (...)

Soy puerto para el bien y para el mal, les permito hablar a todos,

arrostrando todos los peligros,

Naturaleza sin freno, con energía primigenia. (...)

Nunca ha habido más energía original que ahora,

Ni más juventud o ancianidad que ahora,

Y jamás habrá más perfección que ahora,

Ni más cielo ni más infierno que los que hay ahora.

Ímpetu, ímpetu, ímpetu,

Siempre el ímpetu procreador del mundo. (...)

Clara y pura es mi alma, y claro y puro es todo aquello que no es mi alma

(…) He dicho que el alma no vale más que el cuerpo,

Y he dicho que el cuerpo no vale más que el alma,

Y que nada, ni Dios, es más grande que uno mismo,

Y quien camina una legua sin amor, camina a su propio entierro envuelto en un sudario,

Y tú o yo, que no tenemos ni un céntimo, podemos comprar lo más preciado de la tierra,

Y el destello de unos ojos o el guisante en su vaina, confunden a la sabiduría de todas las épocas,

Y no hay oficio ni ocupación en los cuales un joven que los sigue no pueda ser un héroe,

Y no hay objeto tan blando que no pueda ser el eje de las ruedas del universo,

Y digo a cualquier hombre o mujer: Deja que tu alma permanezca fría y serena ante los universos.

Y digo a la humanidad: No hagas preguntas sobre Dios.

Porque yo que hago preguntas sobre todas las cosas, no hago preguntas sobre Dios.

(No hay palabras que puedan expresar mi placidez y mi serenidad antes Dios y la muerte)

(…) Hoy no haré otra cosa que escuchar,

para que aquello que escucho enriquezca este canto.”

(Walt Whitman)


Autorretrato, 17 de Octubre de 2020.


 

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