domingo, 13 de noviembre de 2022

Erri de Luca


 

“Erri de Luca acaba de regresar del sexto viaje a Ucrania, desde la pasada primavera tras haber alquilado una furgoneta con un amigo y haber trasladado allí artículos de primera necesidad, cruzando Eslovenia, Hungría y Rumanía, y es inevitable recordar sus días como conductor de convoyes de ayuda humanitaria en la guerra de los Balcanes. “Aquello fue en Bosnia que era una zona relativamente pequeña comparada con la inmensa Ucrania. También había muchas organizaciones de voluntariado que quizá también actúen en el actual conflicto, pero esta vez nadie me ha pedido ayuda. Así que un amigo jubilado y yo nos hemos dedicado en solitario e improvisadamente a transportar todo aquello que nos piden. Hemos tenido la sensación de estar solos en esta empresa”.
(Entrevista: elperiodico.com)
“Yo no podía soportar que se bombardeara una ciudad (…) yo vengo de Nápoles, que fue la ciudad más bombardeada de Italia durante la segunda guerra mundial (…) considero que el bombardeo aéreo de una ciudad es el acto de terrorismo por excelencia, porque es el acto que más quiere destruir y aterrorizar a las vidas humanas e indefensas tomadas así por sorpresa.
El sonido de la sirena de la alarma aérea se quedó grabado en los sueños de mi madre durante toda su vida.
Entonces, cuando mi país, junto a otros de la OTAN, se puso a bombardear una ciudad en Eurpoa, para mí fue imposible de soportar. Entonces, solo, sin ninguna organización, solamente por mi propia necesidad sentimental, me fui a Belgrado y estuve en la parte bombardeada. Cuando llegué a Belgrado por primera vez era una noche de finales de abril del 99, sentí esa sirena de alarma aérea, que era aquella que estaba en los sueños de mi madre. La reconocí, estaba ya dentro mío desde hacía mucho tiempo ese sonodo de la sirena de la alarma aérea. Y me encontré curiosa y extrañamente en paz. En paz conmigo mismo.”
(Entrevista: Canaldelaciudad)

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