sábado, 17 de julio de 2021

Mariana Enríquez



"...contarse historias de miedo para aprender a enfrentar el miedo; hablar de la muerte para ser capaces de aceptar el (nuestro) fin."
(Mariana Enríquez. El País)

"El encuentro transcurrió en la habitación de la casa a la que llamábamos “del piano”. No hay que imaginar un espacio elegante ni un suntuoso piano de cola: yo crecí en un suburbio industrial gris y cansado, y la casa era modesta. Mi madre había tomado lecciones de piano de jovencita, mi abuelo se lo compró con gran esfuerzo y, aunque ella ya no lo tocaba, el instrumento seguía ahí. “Hay que tenerlo siempre cerrado”, decía mi abuela, “porque si queda abierto lo toca el diablo”. Era su manera de enseñarme a proteger las teclas: ella fue la primera cuentista de horror que conocí, y era muy efectiva." (Mariana Enríquez. El País)

"La acusaron de bruja y la quemaron, la ataron a un árbol que se prendió fuego. Pero a la mañana, en vez del cuerpo, encontraron una flor roja.
-Un árbol de flores rojas.
-Sí, un árbol.
-¿Te gustó la historia?
-No sé, me dio miedo.
-Ese árbol se llama ceibo."
(Mariana Enríquez)



"Tomó un puñado de ceniza (...)
para dibujar el signo de la medianoche (...)
Un desierto de arenas frías y opacas (...)
la respuesta era siempre la misma: el viento sobre el vacío"
(Mariana Enríquez)


"Nyx se llama la diosa griega de la noche. Es la noche. (...) Estaba casada con Érebo, que es la oscuridad, que no es lo mismo que la noche, porque oscuridad podés encontrar de día, por ejemplo. Y tuvo dos hijos, mellizos, Hypnos y Thanatos, Hypnos es el sueño y Thanatos es la muerte. Se parecen, pero obviamente no son iguales."
(Mariana Enríquez)

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