martes, 19 de agosto de 2014

Abrazo (Óleo sobre lienzo)



Eros, contacto e intimidad.

El amor, la sexualidad y el poder sólo podrán sanarse si recuperamos el sentido original del eros” (Sam Keen)

Si a la gente se le dijera: Lo que hace que el deseo carnal sea imperioso no es su elemento puramente carnal, sino el hecho de que viertes en él tu parte esencial, -la necesidad de Unidad, la necesidad de Dios- no lo creerían. Porque les parece obvio que esta cualidad de imperiosa necesidad es algo que pertenece al propio deseo carnal.” (Simone Weil)

La potencia erótica no se limita a la capacidad sexual, sino que incluía toda esa fuerza motriz que impulsaba a toda forma de vida de un estado de mera potencialidad a otro de actualización (…) El amor sexual no es más que una de las muchas formas que tiene el eros de impulsarnos a reunirnos con lo que nos falta (…) cuando consideramos la raíz de eros vemos que significa simplemente amar o desear ardientemente; no hay sugerencia etimológicamente alguna de que sea algo específicamente sexual.” (Sam Keen)

El contacto es la piedra de toque, la medida precisa de nuestra humanidad y la expresión más patente de la salud y la plenitud de nuestro ser. (…) Siempre nos hallamos afectados por el contacto por la falta de contacto. (…) La posibilidad de realización a través del contacto -sea físico o no- excede ampliamente lo que la mayoría de nosotros conocemos o imaginamos siquiera. Y ésa es una posibilidad a la que todos tenemos derecho (…) más allá del contacto, más allá de la piel y más allá del deseo de tocar o no tocar” (Mariana Caplan)

El contacto es la raíz (...) el tacto es el lenguaje primordial” (Frederick Leboyer)

El contacto como contexto (…) El contacto real no es nada más que una apertura del corazón y un relajarse de los mecanismos egocéntricos que nos impiden amar y ser amados. Es una disposición a dejar que nuestro cuerpo se abra , tanto en el ámbito superficial como en el celular, para compartir una fuente de amor a la que tenemos acceso de continuo, no sólo con nuestra pareja, nuestros hijos y nuestros seres queridos, sino también con lo que podemos denominar Dios (…) el contexto del contacto , por tanto, es una forma de vida que descansa en la premisa de la bondad intrínseca presente en todas las personas y en el reconocimiento de la abundante omnipresencia del amor.” (Mariana Caplan)




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