"Miraba a Zorba a la luz de la luna y me maravillaba con cuánta gallardía y simplicidad se avenía al mundo, cómo el alma y el cuerpo eran una sola cosa, y todo, mujeres, pan, mente, sueño, armonizaban de inmediato con su carne y, felizmente, se transformaban en Zorba. Nunca había visto una concordia tan amistosa entre hombre y universo." (Nikos Kazantzakis)
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