“Si uno decide ser un pintor es necesario asumir que no se tiene miedo de hacer el ridículo. Por otro lado, encontrar temas que sean realmente absorbentes; si no se halla un tema capaz de consumir al autor automáticamente se cae en la decoración.
El verdadero arte siempre nos regresa a la vulnerabilidad de la condición humana. Siento hambre por la vida. Y tengo hambre como artista, es ese hambre el que me ha hecho vivir involuntariamente, por ambición, para pasar el rato, beber, para la emoción de la creación. La vida es tan corta, y mientras pueda ver y moverme y sentir,,,quiero que la vida continúe existiendo.
Creo que el arte es una obsesión con la vida y, después de todo, desde que somos seres humanos nuestra suprema obsesión es con nosotros mismos. He hecho muchos autorretratos, realmente, porque a mi alrededor, las personas han estado muriendo como moscas, y nadie ha quedado para pintar excepto yo mismo.
La manera que he encontrado de evocar a la apariencia me obliga a cuestionar el propio significado de la apariencia. A medida que más trabajo más se profundiza el misterio de la apariencia; necesitamos algo de magia, conjugar color y forma, a fin de evocar la apariencia, porque solo es posible percibir esa apariencia en un único momento en el tiempo. En un segundo, uno puede parpadear, mover la cabeza o mirar nuevamente y la apariencia ha cambiado.
No me considero talentoso, sólo receptivo. No hubiese podido ser otra cosa excepto pintor, y no lo sé, después de todo, no conozco a otro hombre...no lo sé...
Todo lo que hago se traduce en la pintura.”
(Francis Bacon en sus propias palabras, leído por Jeremy Irons)
https://www.youtube.com/watch?v=UBJgxPGhzto
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