"Es una gran alegría, porque en la sangre también está la primavera" (Pavese)
lunes, 26 de abril de 2021
Cesare Pavese
sábado, 24 de abril de 2021
Pascual García Macías en Istanbul
"Estoy escuchando a Estambul, con los ojos cerrados, (...)
por el palpitar de tu corazón lo entiendo
a Estambul estoy escuchando."
(Orhan Veli)
“El mundo que me rodeaba había cambiado también de arriba abajo (…) Ayúdame, me apetecía decirle, ayúdame para que pueda encontrar una vida nueva sin tropezar con accidentes ni catástrofes (…) penetró en mi alma un mundo cuya existencia hasta entonces había ignorado, en el que nunca había pensado, que nunca había sentido, y allí se quedó. (…) sentía tal entusiasmo e ilusión por la nueva vida que se extendía ante mí que me daba la impresión de que todo lo que existía era digno de interés. (…) Había un viaje, siempre, todo era un viaje. Y vi una mirada (…) Quise poder ser esa mirada.”
(Orhan Pamuk. La vida nueva)
Don Delillo
miércoles, 21 de abril de 2021
Robert Garay Ibáñez
martes, 20 de abril de 2021
lunes, 19 de abril de 2021
Hermann Hesse
“La sabiduría (…) le permitía sentir la unidad y respirarla (…) pero la herida seguía doliéndole (…) El río se estaba riendo. Sí, así era: todo lo que no se terminaba de sufrir o no se resolvía hasta el final, se repetía; siempre se volvían a repetir las mismas penas. (…) se esforzó por escuchar mejor (…) voces de alegría y pesadumbre (…) y todo ese conjunto, todas las voces, todas las metas, todos los deseos, todos los sufrimientos, todos los placeres, todo el bien y todo el mal, todo eso junto era el mundo. Todo eso junto formaba el río del devenir, la música de la vida. (…) entonces la gran canción de mil voces se reducía a una palabra, a una sola, y esa palabra era: Om, la Perfección. (…) Su herida floreció, su dolor empezó a irradiar, su Yo se había fundido en la Unidad.”
(Siddhartha. Hermann Hesse)
"Vio todos estos rostros y figuras anudados en mil relaciones recíprocas, ayudándose unos a otros, amándose, odiándose, destruyéndose, volviendo a procrearse; cada cual empeñado en querer morir, cada cual dando un testimonio apasionado y doloroso de su caducidad; pero ninguno moría, todos se transformaban solamente, renacían sin cesar e iban adquiriendo siempre un rostro nuevo, sin que entre los sucesivos rostros viniera a interponerse un resquicio de tiempo; y todos estos rostros y figuras yacían, fluían, se multiplicaban, flotaban aisladamente y volvían a confluir; y sobre todos ellos se cernía algo muy sutil, impalpable y, sin embargo, existente, algo así como una tenue capa de cristal o de hielo, como una piel transparente, una corteza, un molde o una máscara de agua; y esta máscara le sonreía y era el rostro sonriente de Siddhartha (...) esta sonrisa de la unidad sobre el fluir de las formas, esta sonrisa de la simultaneidad sobre los millares de nacimientos y de muertes"(Siddhatha. Hermann Hesse)
“Separamos al amor del objeto, el amor en sí es suficiente para nosotros, del mismo modo que no buscamos el destino en el peregrinaje, sino únicamente disfrutarlo, estar de camino. (…) lo repartimos, jugando, entre pueblo y montaña, lago y garganta, los niños del camino, los mendigos del puente, el buey de la pradera, el pájaro, la mariposa.”
(Hesse. El caminante)
“Oyó el susurro de las finas hojas del árbol y oyó la vida sutil y silenciosa que recorría el árbol de abajo arriba en corrientes doradas. La montaña le contemplaba, y Dios se apoyaba en ella con su manto marrón y cantaba. Su canción se oía a través de la extensión transparente del lago. Era una canción sencilla, que se mezclaba y sonaba al unísono con las tenues corrientes de energía del árbol, y con las tenues corrientes de la sangre del corazón, y con las corrientes tenues y doradas que fluían del sueño y recorrían su cuerpo. Entonces también él empezó a cantar, lenta y suavemente. Su canción carecía de arte, era como el aire y el vaivén de las olas, era sólo un murmullo y un zumbido de abejas. La canción contestaba al Dios que cantaba en la lejanía, a la corriente que cantaba en el árbol, a la canción que fluía en su sangre.(...) cantó durante mucho rato, como suena una campánula al viento de primavera y como una langosta hace música entre la hierba. Cantó durante una hora, o durante un año. Cantó de modo infantil y divino, cantó a la mariposa y a su madre, cantó al tulipán y al lago, cantó a su sangre y a la sangre del árbol.”
(Hesse. El caminante)
Escalones - Hermann Hesse
sábado, 17 de abril de 2021
“Cebollita”
“Hija mía, quiero que guardes esto como muestra de tu nueva libertad y tu nueva familia, que te unas a nuestra lucha por la libertad (…) Alargó la mano hacia mí, ofreciéndome aquella bola (…) Era una cebolla. Una cebolla seca, cubierta de polvo, plumas, telarañas, pelusas y demás porquerías que tenía en el bolsillo.” (The Good Lord Bird. James McBride)
“Soy quien el Señor quiera que sea.” (The Good Lord Bird. James McBride)
“El diablo trabaja duro, pero Dios trabaja más duro” (The Good Lord Bird)
“Cebollita”(Joshua Caleb Johnson)
Expresión
“Hay una energía creativa que quiere expresarse a través de ti. No juzgues ni el trabajo ni a ti mismo (…)
jueves, 15 de abril de 2021
Kurt Vonnegut
“Todo está bien, y todo el mundo tiene que hacer exactamente lo que hace. (…) el momento estaba estructurado de ese modo.” (Matadero Cinco)
“Todo fue maravilloso e indoloro (…) es lo que hay .” (Vonnegut)
Mantén el canal abierto
miércoles, 14 de abril de 2021
Virginia Woolf
“Tomemos posesión de nuestro territorio secreto, iluminado por grosellas que parecen candelabros colgantes, de un vivo color rojo por un lado, negro por el otro (...) si nos acurrucamos juntos, podemos sentarnos bajo el dosel de las hojas del grosellero y podemos ver cómo se balancean los incensarios. Éste es nuestro universo. (…) Éste es nuestro mundo, iluminado por lunas en cuarto creciente y luces como estrellas; grandes pétalos semitransparentes cierran las aberturas y se iluminan como ventanas de color púrpura. Todo es extraño. Las cosas son muy grandes y muy pequeñas. Los tallos de las flores son gruesos como robles. Las hojas son altas como las cúpulas de enormes catedrales. Aquí tumbados, somos gigantes, podemos hacer temblar los bosques. “
(Las olas. Virginia Woolf)
“Ella levantaba aún más la lámpara, y el aire parecía volverse fibroso y alejarse con prisa de la superficie verde mediante hebras amarillas y rojas que llameaban y brillaban como fuego humeante que ardiera en la hoguera. Poco a poco, se fundían las hebras de la hoguera en una bruma naranja, en una incandescencia que levantaba el peso del cielo gris de lana por encima de ella y lo convertía en un millón de átomos de color azul pálido. Poco a poco, la superficie del mar se volvía transparente y se quedaba haciendo ondas y destellando hasta que las líneas oscuras casi se borraban. Poco a poco, el brazo que sostenía la luz la levantaba más y más arriba, hasta que se veía una clara llama; ardía un arco de fuego en la curva del horizonte y, debajo de él, el mar se incendiaba de oro. “
(Las olas. Virginia Woolf)
martes, 13 de abril de 2021
Mary Oliver
jueves, 8 de abril de 2021
Thomas Pynchon
"Si ellos logran que hagas las preguntas equivocadas, no tienen que preocuparse por las respuestas."
“No regreses a casa, por la noche, andando a través del campo vacío. No
entres en el bosque cuando la luz aún es débil, o ya demasiado avanzada la tarde:
(…) No te sientes así junto al árbol, con la cara contra la corteza. Es
imposible ver, a la luz de la luna, si eres hombre o mujer. Tu pelo se derrama
como blanquecina plata. Tu cuerpo, bajo el gris ropaje, no puede ser más
vulnerable, más predestinado a la degradación, una y otra vez. (…)
Ahora es siempre el mismo, despierto o dormido; nunca deja de tener el mismo sueño, ya no hay diferencias entre ambos mundos: para él solo existe uno.”
(El arco iris de gravedad. Thomas Pynchon)