“Ser humano es estar relacionado (…) Sin la noción de individuo, ya no hay sensación alguna de estar separado y nos sentimos en unidad con todas las cosas (…) En esta comunión, la así llamada presencia del otro se siente como un dar espontáneo y nuestra propia presencia es un espontáneo recibir. Ya no hay una sensación de falta ni, por consiguiente, una necesidad de pedir, porque sencillamente el recibir nos trae a nuestra apertura. Cuando vivimos en apertura el primer impulso es ofrecer. El estar en apertura y el movimiento espontáneo de ofrecer es amor. Amor es meditación. Es una nueva dimensión del vivir.”
(Jean Klein)“La belleza está en la observación. Cuando veis aquí las colinas, sin nombrarlas, únicamente ir con ellas en su movimiento, en su relación,en sus colores... tantas cosas para ver y para sentir; todo esto suele estar robado inmediatamente por el concepto. No estamos muy familiarizados con esta visión, con esta sensación cruda. En cierta manera somos seres atrofiados en esta belleza. La belleza se dirige directamente al corazón.
Por ejemplo, si tú contemplas una catedral gótica, las vidrieras, donde hay un azul, en ese momento sientes, no solamente lo ves, sino que sientes una sumisión total a Dios, es decir, que el color no solamente tiene una cualidad estética, sino una cualidad moral. El pintor utiliza el azul para acercar algo, pero no se da cuenta de que el color no solamente tiene la cualidad de ser caliente o frío, o de crear la perspectiva de cerca o lejos, sino que también tiene una cualidad moral.(...)
-¿Nos está hablando de una aproximación feliz a la vida?
-¡Sí!”
(Jean Klein)
Acuarela y lápiz, agosto 2019
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