“...al permitir que actúe el azar, uno permite que broten niveles más profundos de la personalidad (…) creo que cuando las cosas van mal tienes más libertad para embrollarlo todo poniendo pintura sobre las imágenes que has hecho, lo haces con mayor abandono que si todo estuviese funcionando bien. Y creo, por consiguiente, que quizás esa desesperación ayude más, porque por desesperación puedes lanzarte a hacer la imagen de un modo más radical, corriendo mayores riesgos.”
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