VISIONES Y DESAPARICIONES DE REMEDIOS VARO
Con la misma violencia invisible del viento al dispersar las nubes pero con mayor delicadeza, como si pintase con la mirada y no con las manos, Remedios despeja la tela y sobre su superficie transparente acumula claridades.
En su lucha con la realidad, algunos pintores la violan o la cubren de signos, la hacen estallar o la entierran, la desuellan, la adoran o la niegan. Remedios la volatiliza: por su cuerpo ya no circula sangre sino luz.
Pinta lentamente las rápidas apariciones
Las apariencias son las sombras de los arquetipos: Remedios no inventa, recuerda. Sólo que esas apariencias no se parecen a nada ni a nadie.
Navegaciones en el interior de una piedra preciosa.
Pintura especulativa, pintura espejeante: no el mundo al revés, el revés del mundo.
El arte de la levitación: pérdida de la gravedad, pérdida de la seriedad. Remedios ríe, pero su risa resuena en otro mundo.
El espacio no es una extensión sino el imán de las Apariciones.
Cabellos de la mujer ––cuerdas del arpa–– cabellos del sol –– cuerdas de la guitarra. El mundo visto como música: oíd las líneas de Remedios.
El tema secreto de su obra: la consonancia ––la paridad perdida.
Pinta, en la Aparición, la Desaparición.
Raíces, follajes, rayos astrales, cabellos, pelos de la barba, espirales del sonido: hilos de muerte, hilos de vida, hilos de tiempo. La trama se teje y desteje: irreal lo que llamamos vida, irreal lo que llamamos muerte ––sólo es real la tela. Remedios anti-parca. Máquinas de la fantasía contra el furor mecánico, la fantasía maquinal.
No pinta el tiempo sino los instantes en que el tiempo reposa.
En su mundo de relojes parados oímos el fluir de las sustancias, la circulación de la sombra y la luz: el tiempo madura.
Nos sorprende porque pinta sorprendida.
Las formas buscan su forma, la forma busca su disolución.
Del libro REMEDIOS VARO - Octavio Paz/Roger Caillois
Con la misma violencia invisible del viento al dispersar las nubes pero con mayor delicadeza, como si pintase con la mirada y no con las manos, Remedios despeja la tela y sobre su superficie transparente acumula claridades.
En su lucha con la realidad, algunos pintores la violan o la cubren de signos, la hacen estallar o la entierran, la desuellan, la adoran o la niegan. Remedios la volatiliza: por su cuerpo ya no circula sangre sino luz.
Pinta lentamente las rápidas apariciones
Las apariencias son las sombras de los arquetipos: Remedios no inventa, recuerda. Sólo que esas apariencias no se parecen a nada ni a nadie.
Navegaciones en el interior de una piedra preciosa.
Pintura especulativa, pintura espejeante: no el mundo al revés, el revés del mundo.
El arte de la levitación: pérdida de la gravedad, pérdida de la seriedad. Remedios ríe, pero su risa resuena en otro mundo.
El espacio no es una extensión sino el imán de las Apariciones.
Cabellos de la mujer ––cuerdas del arpa–– cabellos del sol –– cuerdas de la guitarra. El mundo visto como música: oíd las líneas de Remedios.
El tema secreto de su obra: la consonancia ––la paridad perdida.
Pinta, en la Aparición, la Desaparición.
Raíces, follajes, rayos astrales, cabellos, pelos de la barba, espirales del sonido: hilos de muerte, hilos de vida, hilos de tiempo. La trama se teje y desteje: irreal lo que llamamos vida, irreal lo que llamamos muerte ––sólo es real la tela. Remedios anti-parca. Máquinas de la fantasía contra el furor mecánico, la fantasía maquinal.
No pinta el tiempo sino los instantes en que el tiempo reposa.
En su mundo de relojes parados oímos el fluir de las sustancias, la circulación de la sombra y la luz: el tiempo madura.
Nos sorprende porque pinta sorprendida.
Las formas buscan su forma, la forma busca su disolución.
Del libro REMEDIOS VARO - Octavio Paz/Roger Caillois
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