“Mirando atrás, nos damos cuenta de que éramos extraordinariamente paranoicos y neuróticos, que vigilábamos cada paso que dábamos, temiendo perder la cabeza, sintiéndonos siempre amenazados de alguna forma por las situaciones. Ahora estamos libres de todos los miedos e ideas preconcebidas. Descubrimos que tenemos algo que dar en vez de estar siempre exigiendo y codiciando. Por primera vez, somos ricos: poseemos la cordura fundamental, tenemos algo que ofrecer y somos capaces de trabajar con nuestros congéneres, los seres sensibles.” (Chögyam Trungpa)
Enero de 2020. Acuarela.
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