El tercer rezo es dirigido a la Madre Tierra, que la recordemos y honremos como nuestra madre, que agradezcamos su belleza y sus nutrientes que nos permiten sostener este cuerpo hasta este momento y podamos hacer de nuestro cuerpo la casa del espíritu, todos los seres planetarios.
El cuarto rezo es dirigido al abuelo Aire, a nuestra respiración, nuestra manera de pensar, que nos llenemos toda la humanidad de bellos pensamientos para nosotros y para todos los que nos rodean, que sepamos respirar y cuando decidamos dejar nuestro cuerpo no lo hagamos con dolor sino con el soplo del espíritu divino.
El quinto rezo es dirigido a la madre Agua, a nuestros sentimientos, que todos nuestros sentimientos se transformen en Amor, el día que todos transformemos nuestros sentimientos en Amor el agua de la Madre Tierra fluirá pura y libre por todo el planeta.
El sexto rezo esa dirigido a nuestros antepasados, nuestros amados ancestros, nuestras 70 veces 7 generaciones, que despierte la memoria ancestral y podamos volver a ese conocimiento y sabiduría.
El séptimo rezo es a las futuras generaciones, que somos nosotros, aquí y ahora, eterno presente que florece, que sepamos manifestar lo que manifestamos con amor, que podamos despertar la consciencia en toda la humanidad.
Soy el Poder dentro de Mi
Soy el Amor del Sol y la Tierra
Soy el Gran Espíritu y Soy Eterna.
Mi Vida está llena de Amor y Alegría.
(Abuela Margarita)
Acuarela, abril de 2019